La crisis y el estallido de la burbuja inmobilaria ha incrementado la tasa de paro en el colectivo de Ingenieros Industriales. Ahora toca reinventarse, y para ello el Colegio que los aglutina está desarrollando una serie de iniciativas para su reconversión en el mundo laboral.
—El Colegio ha llevado a cabo una inciativa a lo largo del mes de octubre para asesorar a los damnificados de las primeras inundaciones en la provincia, ¿Pensáis repetirla ahora que llegan las lluvias?
—La idea nuestra era dar un paso al frente a raíz de las fuertes inundaciones que se registraron, no sólo en la provincia de Cádiz, sino en toda Andalucía. Creíamos necesario dar información a esas personas que en un momento dado se ven en una situación bastante comprometida y que pierden el patrimonio conseguido de toda una vida de trabajo y esfuerzo. Para que no se vean totalmente desasistidas y no sientan esa sensación de desprotección, consideramos conveniente poner un turno de oficio en nuestra oficina para ayudar a esas personas a salvaguardar su patrimonio de la manera más efectiva. Les hemos asesorado para que sepan qué pasos tienen que dar, cómo actuar ante la compañía aseguradora y cuáles son los derechos que les asisten. Lo primero que hay que hacer es comprobar los elementos que están dañados y no tocar nada hasta que venga un perito de la aseguradora y los valore. De cara a la prevención, hay que tratar de bloquear las entradas de agua a la vivienda de una manera más efectiva y cortar las protecciones eléctricas para evitar posibles daños. En definitiva, muchas medidas que la gente debe conocer. Nuestros técnicos están dando luz a esas personas y si luego quieren que se les representen pueden contar con ellos, que están cualificados y son especialistas.
—¿Cree que la administración responde bien ante estos casos?
—Son situaciones de alerta y la reacción muchas veces deja que desear. El interés general de una población contraviene a particulares y a esas personas son a las que hay que asistir por parte de los especialistas.