Entrevista de COPITI Cádiz a Pablo Sánchez, Juez Decano de Cádiz sobre Mediación

alt¿Cómo se ejecuta actualmente la mediación en los juzgados en Cádiz? ¿En qué estado se encuentra?

El arbitraje en Cádiz yo, personalmente, creo que de todo el tiempo que llevo hemos tenido muy pocos laudos, no pasarán de 5 a 10 anuales. En cuanto a mediación ahora mismo tenemos un pequeño paréntesis porque ha habido muchos problemas a nivel legislativo. Este juzgado comienza en 2008 con un convenio de colaboración con la Junta de Andalucía y ésta a su vez firma con el Consejo y con la Asociación Arcaduz, dado que el servicio en mediación familiar, era de carácter gratuito.

Estuvimos trabajando hasta que se publica la Ley de Mediación familiar andaluza. A partir de ahí, como ya se acaba la gratuidad, que desde esa fecha se contempla únicamente para aquellos que acrediten beneficio de justicia gratuita, el convenio de colaboración queda fuera y tenemos que seguir trabajando; pero ya sin convenio.

Antes era relativamente fácil gestionar la agenda común entre juzgado y servicio de mediación. Ahora, como ya no tenemos servicio de mediación asignado, estamos colaborando con asociaciones y cuál es el problema, que ahora se hace por escrito. Se le dice a las partes que el juzgado estima que este caso es susceptible de ser derivado a mediación y se le cita para que tenga una entrevista con un mediador a tal día y tal hora.

¿Problema? Que en buena parte de los casos recibimos un escrito por parte de los letrados de que su cliente no acepta acudir a la mediación. Por eso queremos volver a las sesiones presenciales ya que, si de alguna manera vienen aquí, se le explica bien por el juez, por el secretario judicial, con el mediador delante y se le dice e informa qué es la mediación y las ventajas que le pueda reportar y, sobre todo, por el hecho de  que se lo pida el juez parece que la gente se ve un poco inclinada a, por lo menos, escuchar al mediador.

Al hacer la invitación por escrito y no ser presencial nos vienen muchos escritos diciendo que no, que no aceptan la mediación. Incluso, el otro día recibí un escrito que me dejó un poco sorprendido, era una pareja, que una de las partes residía en Bilbao y  la otra parte en Cádiz y pretendíamos hacer una mediación on line entre Bilbao y Cádiz y el letrado de una de las partes presentó un escrito diciendo que la mediación era un poco absurda porque, entendían, que lo único que había era un problema económico. Mire usted, la mediación sirve para todo, para problemas afectivos, económicos y de todo tipo. Entendieron que la mediación para esto no servía y no se llegó a mediar el tema.

¿Qué conocimiento tiene la sociedad en general de la utilidad de la mediación?

La gente cuando viene, por regla general, no sabe absolutamente nada de la mediación. En un porcentaje muy pequeño han oído hablar de ella. Segundo, otro de los prejuicios que tienen es que piensan que la mediación pretende reconciliar a la pareja y hay que dejarles muy claro que esa no es la finalidad de la mediación, sino evitar la judicialización del conflicto y que sean ellos los que resuelvan su problema y no deleguen en un tercero.

En las sesiones se le hacía mucho hincapié en decirles, miren, el juzgador va a resolver con base a criterios jurídicos y pruebas que aporten los letrados y hay determinadas cuestiones personales que, a mí, nunca (me) van a llegar y que posiblemente no se puedan tener en cuenta porque jurídicamente son irrelevantes, pero personalmente sí pueden ser relevantes. Esas cuestiones en mediación pueden a salir a flote, pero en el juzgado pueden no ser valoradas adecuadamente.

Incluso por la visión de futuro. Hay veces que en la sentencia no te planteas, cuando tu hijo tiene 5 años, el problema que se te va a presentar cuando el niño tenga 12, tu como padre sí lo puedes prever y si no lo prevés sí por lo menos puedes prever los mecanismos para adaptar la nueva situación mediante el diálogo a lo que se te viene encima. Hay casos donde se ha modificado varias veces el acuerdo de mediación, lo suscribieron y nunca más volvieron por los juzgados. Ninguna de esas veces hizo falta acudir nuevamente al juzgado. Es una de las ventajas que tiene la mediación, fomenta el diálogo entre las partes y evita nuevas judicializaciones de las controversias.

Si aquí cada vez que te surge una cuestión nueva, tienes que judicializar, primero con el retraso que llevamos y, quieras o no, tenemos un sistema garantista, lo que hace que la tramitación se alargue, pues claro, no puedes dar una respuesta inmediata muchas veces. Y en Cádiz no es de los sitios en que más se tarda en dar una respuesta a medidas de carácter previo. Aquí estamos resolviendo a 30-45 días unas medidas previas o coetáneas.  Pero no es lo habitual. Las partes no pueden esperar un año a que te digan qué es lo que va a pasar por mucho que ahora el Tribunal Supremo haya establecido que los alimentos se deben desde que se interpone la demanda en la que se reclaman.

No hay conciencia con esto. Tampoco en ocasiones  se le informa a la gente de esa cuestión. Esa actitud pasiva no es recomendable porque cuando salga la sentencia si ha tardado 6 meses, el obligado al pago va a tener que pagar los meses previos y se va acumulando deuda.  

¿Cuánto tiempo de litigio y dinero cree que se pueden llegar a ahorrar los usuarios que utilicen el servicio de mediación?

Un caso con mediación puede estar resuelto en 4 o 6 semanas y un asunto sin mediación, en Cádiz, hablamos de 6 a 8 meses y estamos hablando de que Cádiz no suele acumular mucho retraso.  

Algunos asuntos se podrían resolver antes pero aquí tenemos la sana costumbre de pedirte la suspensión del procedimiento  el mismo día del juicio. Si te avisaran con dos meses de antelación puedes colocar asuntos pendientes antes. Pero lo normal es que aquí te digan 10 minutos antes hemos llegado a un acuerdo o que vamos a negociar.  ¿Y todo lo que ha trabajado el juzgado? La gente no lo valora porque creo que se desconoce lo que supone poner en marcha la maquinaria judicial. Es verdad que la Justicia es gratuita, pero para el Estado es un gasto bastante serio. A nivel material, a nivel personal, mueves a mucha gente, testigos de fuera, tienes que mover mucha gente y medios materiales, las videoconferencias se van generalizando, es un trabajo muy costoso y no suele resultar agradable que después de haber realizado tanto trabajo, las partes te comuniquen minutos antes de la vista, que solicitan la suspensión, porque hemos pactado o estamos en vías de hacerlo. ¿Problema? Que las partes tampoco avisan a la gente que ya está citada para el juicio y los que tenemos que dar la cara somos nosotros, pues se suele desconocer que, aunque formalmente la citación la cursa el juzgado, en la mayoría de los casos, se hace por petición expresa de las partes. Aquí a veces vienen testigos de fuera. Y si bien luego se les informa que tienen derecho a solicitar una indemnización a la parte que lo ha pospuesto, sin embargo a veces no te resarce realmente el perjuicio causado.

Figura del ingeniero mediador. ¿Qué opinión le merece la integración de esta figura en la vía extrajudicial?

En principio no tengo preferencia por la procedencia académica del mediador, entiendo que siendo una persona formada para la mediación lo que sea su origen académico, en principio, no es muy relevante porque de lo que se trata es realmente de abrir vías de diálogo. Si son asuntos propios de su competencia, sí pueden dar a las partes un mayor conocimiento del problema, eso sí, pero no necesariamente. Se ha discutido mucho sobre si pueden ser medidores titulados tales como economistas, médicos, etc. Recuerdo, cuando salió la Ley andaluza se planteó esto, por qué un médico, por ejemplo, no puede ejercer como mediador, una persona que puede estar perfectamente capacitada. De hecho, se ha dicho que las legislaciones autonómicas no se ponían de acuerdo en cuáles tenían que ser las carreras de procedencia del mediador, lo que te viene a demostrar que la procedencia puede ser de lo más variopinta.  Lo que sí es verdad, entiendo, que debe tener un mínimo de conocimiento jurídico. Ojo, no conocimiento extenso, pero un mínimo y ante cualquier duda, remitir a las partes, a sus letrados y en su caso, consultar con un especialista sobre el tema.

En determinados asuntos su experiencia como ingeniero puede ayudar más a la hora de encauzar el debate, no digo que no, pero en principio no es condicionante. Tan buen mediador puede ser un economista, ingeniero como un médico. Hay quien (…) se apropia y entiende que la mediación debe ser ejercida por profesionales de una determinada formación. Quizá en el ámbito de derecho de familia sí pueda tener  un aspecto más importante, pero en un aspecto civil el sustrato personal quizá no sea tan importante. Hay que ver los intereses en juego, vamos a intentar conjugar y ver lo que le interesa a cada parte y no tanto el sustrato personal.  

De hecho, un mediador que ejerce en Madrid me hizo replantearme mis postulados porque yo era de los que pensaban que la mediación era buena para aquellos asuntos en los que las partes han a mantener una relación duradera, por ejemplo, un proveedor con su cliente para intentar evitar que se rompa ese clima de confianza. Y este mediador, por ejemplo, me decía que por qué tiene que ser para ese tipo de cuestiones solo. Pueden ser tan válidas para dos personas que no se han visto en su vida pero que les ha surgido un problema puntual y que, acabada la mediación, no se tienen por qué volver a verse a nunca más. No tienen que rechazar la mediación para ese tipo de conflictos necesariamente. Puede ser tan válida tanto en un caso como en otro.

Incluso, una mediadora de Barcelona me decía en unas jornadas en Sevilla que hay gente que lo quiere es zanjar el asunto y llegar a un arreglo y no saber nunca más de esa persona, no quiere judicializar y quiere solventar esto de la forma más beneficiosa para los dos y una vez solventando no querer volver a saber más de esa persona ( … ). Es una opción totalmente legítima y no tiene por  qué ser siempre eso que se dice, en familia o en tema de comunidades de propietarios, de que la mediación es buena cuando tienes que mantener una relación prolongada en el tiempo. No necesariamente tiene que estar limitada a que exista una relación tras el conflicto. Tan válida puede ser una opción como otra.  

¿Cree que la mediación puede reducir la carga de trabajo?

Hoy por hoy no lo creo pero sería uno de mis mayores deseos. Tengo la esperanza en que sea así. Estoy convencido de que la mediación (…) se va a conocer esencialmente a través del boca a boca y, si realmente, se da un buen servicio de mediación, la gente empieza a conocerlo y comienza  a hablar de él, y es cuando la mediación saldrá para adelante. Para ello es fundamental que haya buenos mediadores, bien formados y que la gente salga contenta.

De aquí lo que he visto es que la gente sale contenta incluso cuando no hay acuerdo ya que la relación entre las partes suele cambiar de forma muy notable. He tenido parejas en sesión informativa que no se miraban a la cara y que cuando han ido a mediación, no ha habido acuerdo, pero ha cambiado la actitud, aunque no haya acuerdo. Ya se miran como personas, no como a un enemigo. Si la gente comenta esa situación, aunque  no se llegue a acuerdo, la mediación la van a potenciar ellos solos. Sin perjuicio de si tenemos un apoyo institucional, que estaría encantado, pero  el vehículo ideal de propaganda es el boca a boca, por los propios usuarios. De hecho, soy un convencido de la mediación por conocimiento directo de gente que ha ido a mediación y me ha contado su experiencia personal. Yo la conocí así y personalmente me impactó, pero hoy por hoy, por desgracia, no nos quita carga de trabajo.  

¿Qué opinión le merece las acciones perfiladas por COPITI que ayudan a agilizar los trámites judiciales?

Todo lo que sea apoyar la mediación me parece una iniciativa estupenda. En este ámbito además donde precisamente los profesionales, abogados y jueces, que no solemos tener conocimientos técnicos, es donde puede ayudar mucho. Muchas veces, lo recuerdo el día de la presentación de la Institución de Mediación, comentándolo con varios mediadores que habían obtenido el título me lo decían, “nosotros cuando vamos a juicio le explicamos al abogado, tienes razón o no tienes razón. Si dependiera de nosotros, nos decían, esto no llegaría a juicio”.

Nos contaban que la solución pasaría entonces porque la gente se sentara en una mesa de manera previa y se explicara a las partes la problemática. Así se evitarían muchos litigios. Para eso, los ciudadanos que utilizan la administración de la Justicia y los abogados tienen que ser conscientes de que se deben dejar asesorar y es fundamental abrir vías de diálogo. Si hay una cosa que te derrumba en una sala de vistas es que, en ocasiones, ni los abogados han hablado antes del juicio y cuando ves lo que se está discutiendo te das cuenta que no tiene sentido que estemos en este juicio. Son cuestiones que a lo mejor en una tarde se hubieran resuelto hablando los abogados y clientes. Hay falta de diálogo y si tienes una persona que te abra estas vías, ya sea ingeniero o médico o lo que sea, siempre es bueno.

De hecho una de las propuestas que pretendemos hacer es que los mediadores cuando se inscriban en el registro nos hagan saber sus preferencias y nos indiquen qué tipo de mediación quieren llevar, mediación en materia de herencias, mercantil, civil…

Si una persona está especializada en un determinado campo siempre puede aportar más, no solo su experiencia como mediador, sino como profesional. Siempre puede iluminar más a las partes.

De alguna manera sí le puede intentar dar otro enfoque y darle otra vía de salida al conflicto. A veces las partes se empecinan en mantener una postura que, por cualquier causa, no es viable pero si el mediador le da otro enfoque, que no influir, por lo menos quizás sea más factible.  De hecho hay muchos pleitos que son por empecinamiento. Habría que analizarlo con más detenimiento y dejarse asesorar para ver si ese empecinamiento tiene razón de ser o no.

Actualmente no existe una representación de carácter técnico que les apoyen en la mediación de conflictos de esta índole, sobre todo, en la vía extrajudicial…

La mediación extrajudicial es la fundamental. La mediación civil hasta ahora apenas se ha iniciado y un porcentaje muy alto se lo lleva familia.

Lo fundamental sería que la mediación se iniciara antes de que se judicializara el conflicto.  Cuando llega aquí la parte ya se ha posicionado y lo que espera es ir a juicio. Lo ideal es decir “no”, antes de eso vamos a sentarnos a hablar y lo vemos y esto sí que podría evitar que muchos asuntos entraran en el juzgado. No tanto los que están en el Juzgado quitarlos, sino evitar que lleguen siquiera a los Juzgados. Realmente esto sí que podría aliviar la carga de asuntos, ya que las partes no están todavía enfrentadas, parece que no, pero el solo hecho de judicializar el conflicto ya hace que las partes se posicionen.

Los mediadores insisten mucho en que la mediación lo que intenta es cambiar posicionamiento por interés y cuando llegas a juicio ya te has posicionado y muchas veces pierdes la perspectiva del interés, que es lo que realmente me interesa. Estoy en esta posición. Si evitamos ese posicionamiento con mediación extrajudicial allí sí que puede hacer un favor importante a la Administración de la Justicia. 


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