La ingeniera técnica industrial Nuria Carmona asegura que la igualdad está llegando “porque estamos igual de capacitadas para realizar este trabajo”
Este viernes es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Una jornada simbólica que sirve para reivindicar los derechos de las mujeres, esos derechos que se deben defender todos los días. El objetivo es sensibilizar a la sociedad y potenciar la igualdad de género, avanzar en la lucha contra la discriminación por motivos de sexo, romper esos gruesos techos de cristal y construir, entre todos, una realidad con mayor calidad democrática.
En nuestro Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industriales contamos con mujeres profesionales, trabajadoras, valientes, talentosas y orgullosas de formar parte de esta gran familia. Históricamente, este sector ha estado dirigido por hombres, pero en las últimas décadas se vive una incorporación paulatina de las féminas que han logrado cambiar la mirada con su tesón y con su esfuerzo. Tenemos innumerables ejemplos de ello en nuestra provincia gaditana.
Entre ellas, Nuria Carmona. La gaditana es pieza fundamental en la empresa O&D (Oliva y Durán), una compañía que sumó la experiencia de sus propietarios para convertirse en referencia industrial. Nuria inició su periplo profesional en esta entidad en 2017 y, como ella misma apunta, tiene “la suerte de abarcar la ingeniería en muchos campos; desde la oficina en el diseño de proyectos, naves industriales y adaptación de instalaciones hasta en la obra en el control de la ejecución ya que somos también dirección facultativa”.
Es muy positiva y optimista con respecto a un futuro de la mujer que ya es presente. “Es verdad que no somos muchas, pero cada vez somos más”, informa. “A nivel de oficina existe un equilibrio entre hombres y mujeres. Es menos habitual verlas en las obras, como encargadas o jefas, pero insisto en que eso está cambiando y empieza a ser común encontrarnos en esta parcela”.
Reconoce que “es un sector históricamente de hombres, y a lo mejor cuesta encajar un poco más. Quedan cosas por hacer. Cuando nosotras somos las que damos algunas directrices, tenemos el mando, hay a quien le resulta más difícil aceptarlo. No es que seamos más complicadas, posiblemente es que seamos más exigentes”, reflexiona. “Depende como en muchas situaciones de con quien te toque tratar, y a mí me han tratado con respeto. Me lo he tenido que ganar, eso sí”.
Nuria Carmona entiende que influye muchísimo el aspecto generacional, y por tanto es cuestión de tiempo que esos obstáculos se vayan cayendo, que esos muros se vayan derrumbando. En su ámbito existe una igualdad real, principalmente porque “la mujer está totalmente capacitada para estar en este mundo al principio tan varonil. Estamos en el camino”. Es clave que aumente el número de chicas en las aulas de la Universidad, “porque cuando yo estuve en la carrera éramos muy pocas y casi ni coincidíamos en las clases”.
Entre los grandes logros registrados y conseguidos en los últimos años, destaca “la conciliación de todo, personal y profesional”. Y es que Nuria asegura sentirse muy “realizada” en su trabajo. “La ingeniería te da muchas posibilidades en el mundo laboral. Siempre estás aprendiendo cosas y eso es muy satisfactorio. ¿Que si volvería a estudiar esta carrera? Por supuesto, no tengo ninguna duda”.
Llegó a ella por influencia familiar, en busca de un buen futuro profesional, y porque siempre “hemos tenido una visión de innovación de investigación, y en la ingeniería una no para de aprender”.