El perito Jesús Villero, colegiado de COGITI Cádiz, destaca la labor esencial de esta profesión ante desastres de esta naturaleza
La histórica DANA que ha azotado el país, con especial virulencia en la tierra levantina, ha provocado una tragedia de consecuencias aún desconocidas. El dolor cubre con su tupido manto las reacciones de los protagonistas, de las víctimas. Son decenas de fallecidos, muchos desaparecidos, además de la innumerable suma de pérdidas económicas y daños materiales.
Para calibrar este estropicio se han movilizado hasta 400 peritos de toda España, que han viajado a Valencia para realizar estas cuantificaciones. El papel del peritaje es fundamental en esta sociedad y queda de manifiesto, multiplicándose su proyección, en desastres de esta naturaleza. Jesús Villero, colegiado de COGITI Cádiz, es uno de los representantes de este gremio que en los últimos días trabaja sin descanso, de lunes a domingo, mañana, tarde y noche.
"Nos están entrando muchos servicios", comenta. "Desde las compañías de seguros han solicitado a los compañeros de todo el país que acudieran a la zona, si bien aquí en Cádiz es imposible. Nos encantaría ir, pero nos hemos encontrado con muchos siniestros en Jerez, Chiclana, San Fernando, Barbate, Cádiz, la Sierra... Después de Valencia, yo creo que el lugar más afectado por la DANA es nuestra provincia".
Asegura que, por fortuna, no se han lamentado daños personales, de ahí la enorme diferencia con lo ocurrido en el poniente español, "pero aquí la tormenta ha dejado muchos daños en el campo y también pequeños siniestros en las cuatro localidades mencionadas".
De momento se manejan muchas cifras, pero solo hipotéticas. Además de las vidas arrancadas, están las casas destrozadas, oficinas, empresas, locales y vehículos. El desarrollo de los peritos se antoja decisivo: "Cuando hay siniestros, después de limpiar y recoger, inmediatamente la gente quiere reparar las cosas, recuperar sus propiedades o, en su defecto, acceder a las indemnizaciones correspondientes". Por ello, Jesús Villero pide tranquilidad, comprensión... e información.
"Hay varias cuestiones que la mayoría de la población desconoce. Existen dos tipos de siniestros que cubre el Consorcio: daños por viento y daños por agua. En los primeros, las compañías se encargan de cubrirlo y luego reclaman al Consorcio cuando se han superado los 120 kilómetros por hora".
"Y en los segundos", que son los que predominan tras esta DANA, "hay que diferenciar. Para simplificar conceptos, si el agua viene de la calle y entra en mi casa, es consorciable; si se filtra por el techo, el tejado, las canaletas, bajantes, es tarea del seguro. Es probable que se puedan dar los dos casos y, por tanto, haya una parte consorciable y otra perteneciente al seguro". Así que lo aconsejable es "dar parte al seguro, explicar con detalle el problema, y ellos sabrán qué parte es consorciable y cómo actuar. Si hay alguna duda, recomiendo la página web https://www.consorseguros.es/".
En la provincia de Cádiz, nuestros peritos realizan una labor encomiable, de un rincón a otro, valorando daños y perjuicios, "viendo lo máximo posible, pero es imposible llegar a todos lados el mismo día". Apunta que se observa una evolución en la profesión, "con la puesta a punto de videoperitaciones, que se pueden llevar a cabo desde cualquier sitio y ahorran tiempo de desplazamiento y costes. Para pequeñas cosas puede valer, pero es cierto que donde se ponga el ojo y la pericia de un perito sobre el terreno...".
Los siniestros en la provincia gaditana son variados. En Jerez hay mayor afección en la agricultura, en los cultivos. En la capital se vuelve a sufrir por la antigüedad del parque inmobiliario, especialmente en el centro de la ciudad, donde las canalizaciones se encuentran muy deterioradas y con fuertes lluvias y tormentas se agravan las roturas y filtraciones. "Queda mucha reforma por hacer".
¿Cuándo se cobran las indemnizaciones?
Nuestro colegiado afirma que "el seguro es rápido. En 40 días, como fecha límite, se ha de cobrar el mínimo conocido. El Consorcio será más lento al estar saturado con la situación en Valencia".
Nadie se acuerda de Santa Bárbara hasta que truena. Ocurre igual con los peritos. "Es una profesión cada vez más denostada, con peores honorarios, peor imagen. Incluso existen compañías que dan mayor autonomía a los reparadores, con el fin de ahorrar costes. Ahora se ve que no pueden peritar y reparar el propio siniestro, no tienen tiempo ni medios suficientes. Un buen perito asegura mejor coordinación y servicio al cliente. Y cuando nos enfrentamos a estas situaciones, nos ponemos las pilas. Sin descanso".