José Luis Centellas Saavedra nacía en Cochabamba (Bolivia) y a los 14 años se trasladaba a España con su familia. Es ingeniero técnico industrial en Electricidad y Electrónica Industrial, graduado en la Universidad de Cádiz, en la antigua Escuela del centro histórico de la capital.
Actualmente trabaja como director en Adentech Automation, en la división de Servicios tecnológicos del Elecam Group (Empresa Gaditana). También ha colaborado con empresas como Eléctrica de Cádiz y Red Eléctrica de España dentro del territorio nacional. Además, dio el salto hacia su continente de origen, trabajando en Peru y posteriormente como gerente comercial en una empresa de fabricación de cuero para marroquinería y artículos de piel de calidad en Bolivia.
Ahora en Algeciras, se ha unido a la junta directiva de COGITI Cádiz, donde trabaja con amor, pasión y profesionalidad para que este colectivo siga en la vanguardia del proceso de transformación de la sociedad.
-¿Por qué ha querido formar parte de la nueva junta directiva de COGITI Cádiz?
Desde que empecé mi formación universitaria, sentía la necesidad de acompasar mi formación académica con la profesional. Qué mejor lugar para hacerlo que en una entidad profesional que representa y defienda la profesión, como es el Colegio Oficial de Graduados e Ingenieros Técnicos Industrial de Cádiz.
Cuando toqué la puerta del Colegio en 2009, ya en segundo de carrera, se me abrió un mundo de posibilidades. Sentir ese trato profesional a la par que de afecto me hizo pensar: 'este es el Colegio al que quiero pertenecer'. Me precolegié tan pronto reuní los primeros requisitos.
Actualmente, decidí no ser un espectador más, sino formar parte de la organización tras el escenario para trabajar arduamente por la profesión y por cada profesional que forma parte de este colectivo tan importante.
Hoy en día, colaboro desarrollando estrategias para fomentar la presencia del Colegio en el Campo de Gibraltar, Comisión de ejercicio Libre, Comisión de colegiación de la provincia de Cádiz, especial zona Campus Puerto Real y Algeciras.
Creo que el esfuerzo, constancia, perseverancia e ilusión por algo son los motores que ponen en marcha e impulsan el desarrollo personal y profesional.
¿Qué se puede y que se debe hacer desde el colegio?
Desde mi enfoque, considero se debe desarrollar una hoja de ruta clara en base a 6 puntos imprescindibles:
- Defensa y representación de la profesión
Se puede:
- Actuar como interlocutor válido ante las administraciones públicas, instituciones educativas y empresas privadas.
- Participar en foros, comités técnicos y mesas sectoriales donde se toman decisiones que afectan al ámbito profesional.
Se debe:
- Defender los intereses del colectivo ante cambios legislativos o técnicos.
- Luchar por el reconocimiento profesional frente a otras titulaciones o ámbitos solapados.
- Velar por el correcto ejercicio profesional y su prestigio.
2. Formación continua y actualización técnica
Se puede:
- Organizar cursos, jornadas técnicas, másteres propios, webinars y certificaciones.
- Colaborar con universidades y centros tecnológicos para traer formación puntera.
Se debe:
- Garantizar que los colegiados tengan acceso a formación actualizada que les permita mantenerse competitivos.
- Promover la especialización en áreas clave de la ingeniería (energías renovables, industria 4.0, eficiencia energética, etc.).
3. Fomento del empleo y el desarrollo profesional
Se puede:
- Crear bolsas de empleo, ferias profesionales y servicios de orientación laboral.
- Conectar a los colegiados con oportunidades en empresas del sector y organismos públicos.
Se debe:
- Apoyar la empleabilidad del ingeniero técnico industrial, especialmente en los inicios de la carrera o ante reconversiones profesionales.
- Ayudar al colegiado en su desarrollo como profesional independiente, consultor o emprendedor.
4. Supervisión y calidad del ejercicio profesional
Se puede:
- Revisar y visar proyectos, garantizando su calidad técnica y cumplimiento normativo.
- Asesorar sobre normativa técnica, seguridad industrial y responsabilidad civil.
Se debe:
- Asegurar que el ejercicio de la profesión se realiza con criterios éticos, técnicos y de calidad.
- Proteger al ciudadano frente a malas praxis mediante una supervisión activa.
5. Difusión del valor de la ingeniería en la sociedad
Se puede:
- Realizar campañas de comunicación y divulgación.
- Establecer relaciones con medios de comunicación, instituciones educativas y otros colegios profesionales.
Se debe:
- Reforzar la percepción social de la ingeniería como herramienta clave para el progreso y la sostenibilidad.
- Promover vocaciones STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) desde edades tempranas. Cada vez lo veo más importante, y el foco en el cual centrarse.
6. Impulso a la digitalización y la innovación
Se puede:
- Promover el uso de herramientas digitales en la práctica profesional.
- Fomentar el uso de nuevas tecnologías en el diseño, la fabricación y el mantenimiento industrial.
Se debe:
- Liderar el proceso de adaptación tecnológica de los profesionales del sector.
- Asegurar que los colegiados no queden rezagados ante los retos de la cuarta revolución industrial y de los desafíos presentes con los avances exponenciales de la Inteligencia Artificial.
-¿Qué significa la colegiación para usted?
Par mí, la colegiación representa mucho más que un simple trámite administrativo o una formalidad legal para poder ejercer la profesión. Para mí, significa pertenencia, respaldo, compromiso y evolución profesional.
La pertenencia a una comunidad profesional es ser parte de una red de ingenieros técnicos industriales que comparten valores, conocimientos y objetivos comunes. Es pertenecer a un colectivo que habla el mismo idioma técnico, que enfrenta los mismos desafíos y que trabaja por una ingeniería responsable y útil para la sociedad.
Creo que no se trata solo de compartir una titulación académica, sino de formar parte de un ecosistema de colaboración, aprendizaje y representación colectiva. En un entorno donde muchas veces el trabajo del ingeniero pasa desapercibido, el colegio es una forma de darle visibilidad y peso a nuestra labor.
El colegio respalda mi trabajo con asesoramiento técnico y legal, con formación, con visados y seguros que ofrecen tranquilidad tanto al profesional como al cliente o a la administración.
Me gusta saber que hay una institución que vela por mis derechos y por la correcta práctica profesional, eso me da confianza. Es como contar con un socio silencioso que siempre está ahí para apoyarte.
Un compromiso con la profesión al colegiarse también es un acto de responsabilidad. Esto implica asumir que el ejercicio de la ingeniería no es algo individualista o aislado. Somos parte de un cuerpo profesional que debe actuar con ética, competencia y respeto hacia la sociedad. Es comprometerse con el futuro de la profesión, contribuyendo al desarrollo de estándares, compartiendo conocimiento, participando en iniciativas técnicas y apoyando a las nuevas generaciones.
Como colegiado, tengo acceso a formación de calidad. Esto me permite una evolución y mejora continua, acceso a oportunidades de networking, asesoría para emprender o crecer profesionalmente. En un mundo técnico en constante evolución, el colegio me ayuda a mantenerme actualizado y competitivo.
Además, me permite ampliar horizontes: participar en comisiones, involucrarme en debates sobre normativas o tendencias, o incluso influir en las decisiones que afectan a nuestro sector.
-¿Cómo ve el actual momento de la profesión y su futuro?
El actual momento que veo es un proceso de transformación profunda. Vivimos un periodo de cambio acelerado, donde la Ingeniería Técnica Industrial está en el centro de muchas de las transiciones más importantes que enfrenta la sociedad actualmente: la transición energética, la digitalización industrial, la automatización de procesos, la movilidad sostenible y el desarrollo de nuevas tecnologías productivas, el gemelo digital o el Internet de las Cosas.
Este contexto nos desafía a adaptarnos rápidamente, pero también nos abre oportunidades sin precedentes para demostrar el valor práctico, técnico y resolutivo que caracteriza a nuestra profesión.
Aunque nuestra labor es esencial en sectores clave como la industria, la energía, la construcción o la sostenibilidad, todavía hay un margen de mejora en el reconocimiento institucional y social del papel del Ingeniero Técnico Industrial.
El nivel de responsabilidad que asumimos en proyectos reales muchas veces excede el que se nos reconoce normativamente e incluso económicamente, pero este segundo punto sería un nuevo debate aparte. En el marco del reconocimiento normativo es importante seguir luchando desde los colegios y desde la práctica diaria por reforzar nuestra visibilidad y el respeto profesional que merecemos.
El futuro sigue siendo, algo que ya comentábamos anteriores, un perfil profesional versátil, flexible y altamente cualificado. El mercado laboral valora cada vez más a profesionales con formación técnica sólida, capacidad de adaptación, orientación a resultados y pensamiento práctico, todas ellas cualidades que nos definen. Esto nos convierte en un profesional estratégico para la empresa del presente y del futuro.
Además, el ingeniero técnico industrial tiene un perfil altamente transversal: puede trabajar en diseño, mantenimiento, energía, producción, automatización, gestión de proyectos, consultoría, normativa, calidad, etc. El abanico de nichos laborales es amplio, y por ello, el enfoque que cada profesional debe darle a su vida profesional, considero debe ser asesorado desde el Colegio el cual dispone de herramientas y un enfoque más amplio de la profesión.
En definitiva, defiendo firmemente que el futuro de nuestra profesión estará marcado por tres ejes:
- Digitalización: el uso de software de simulación, herramientas modelado, sensores inteligentes, inteligencia artificial y automatización será la norma. El ingeniero deberá integrar conocimientos digitales en su práctica diaria.
- Sostenibilidad: la eficiencia energética, las energías renovables, la economía circular y la descarbonización serán campos donde nuestro papel será fundamental.
- Colaboración interdisciplinar: los ingenieros técnicos industriales deberemos trabajar codo a codo con otros perfiles (doctores en investigación, técnicos, científicos de datos, diseñadores, economistas, asesores, abogados...) en equipos híbridos y proyectos complejos.
Si me permites la oportunidad, quiero aprovecharla para hacer un llamado a la proactividad de los futuros y profesionales actuales.
- proactivos: formarnos continuamente, participar en los colegios profesionales, adaptarnos a las nuevas tecnologías, comunicarnos mejor con la sociedad, y sobre todo, desarrollar una actitud resiliente y creer en el valor de nuestra profesión.
- El futuro no está escrito, pero el Ingeniero Técnico Industrial tiene todas las herramientas para ser uno de sus protagonistas clave.
-¿Cuáles son los principales retos de la Ingeniería Técnica Industrial?
La Ingeniería Técnica Industrial se enfrenta a un conjunto de desafíos complejos, esto no es nuevo, se ha hablado desde años atrás sobre la reconversión industrial en España. Esto fue una de las mayores transformaciones económicas y técnicas del siglo XX.
Me gusta considerar que los retos, al igual que las crisis, son el nacimiento de nuevas oportunidades para reinventarse, cuestionar lo establecido y mostrar fortaleza. Estos retos no solo afectan al ejercicio profesional en sí, sino también al modo en que somos percibidos, representados y valorados en la sociedad y en el entorno técnico.
Uno de los grandes retos históricos de nuestra profesión es lograr un mayor reconocimiento institucional y social. A pesar del nivel de responsabilidad técnica que muchos Ingenieros Técnicos Industriales asumen en el día a día, todavía existen limitaciones normativas y administrativas que obstaculizan nuestro desarrollo pleno, especialmente en algunos sectores regulados.
Es imprescindible seguir trabajando desde los colegios y otras entidades para defender nuestras atribuciones profesionales, fomentar el respeto entre titulaciones y asegurar la equivalencia real entre la experiencia práctica y la formación reglada.
La revolución digital está transformando profundamente la ingeniería. La adopción de herramientas como BIM, CAD 3D avanzado, gemelo digital, IoT, automatización, inteligencia artificial o la industria 4.0 exige una rápida adaptación por parte del profesional técnico.
El reto aquí es doble:
- Mantenerse actualizado en un entorno tecnológico que evoluciona sin pausa.
- Adoptar una mentalidad flexible y abierta al cambio, que combine experiencia práctica con nuevas metodologías digitales.
No podemos olvidar que las medidas de revolución digital requieren de bases energéticas estables y con políticas energéticas socialmente responsables de todos los actores involucrados en esta área.
La sociedad demanda soluciones más limpias, eficientes y sostenibles, y pienso que es aquí donde la ingeniería tiene un papel protagonista en esa transición.
El Ingeniero Técnico Industrial debe asumir, entre otros, el reto de liderar proyectos de:
- Eficiencia energética en instalaciones y procesos.
- Energías renovables e infraestructuras verdes.
- Reducción de emisiones y huella ambiental en la industria.
Este desafío no solo es técnico, también es ético y estratégico: debemos diseñar un futuro industrial sostenible.
Finalmente, no quisiera dejar de visibilizar la necesidad imperativa de atracción de vocaciones y relevo generacional
En muchos ámbitos técnicos empieza a notarse un envejecimiento de los profesionales y una falta de relevo joven que no sabe de género. Por tanto, como decía en un apartado anterior, el reto es fomentar las vocaciones técnicas desde la educación primaria-secundaria, y mostrar que la ingeniería es una carrera de futuro, creativa, dinámica y con propósito. Aquí los colegios profesionales, las universidades y las empresas deben colaborar en una estrategia común.
En definitiva, la Ingeniería Técnica Industrial enfrenta retos exigentes pero motivadores. Superarlos no solo nos permitirá adaptarnos al futuro, sino también liderarlo con solvencia técnica, responsabilidad social y visión estratégica.